Entrevista a María Jesús Albertus y Juan Miguel Fernández

21 octubre, 2023 0 Por espiritasmadrid

¿Qué es la doctrina espírita?

Es una doctrina filosófica basada en tres aspectos fundamentales, como es el científico, el filosófico y el ético-moral religioso, pero no religioso desde el punto de vista de la religión instituida, sino que se considera que la transformación moral del Ser está en religarse con el Creador a través de su comportamiento.

Cuando hablamos de los tres aspectos estamos hablando de que el científico analiza y comprueba los fenómenos mediúmnicos investigándolos. En el filosófico es porque a través de sus enseñanzas nos está planteando un esclarecimiento a nuestra vida; de dónde venimos, quiénes somos en realidad, y hacía dónde vamos; toda esta serie de cosas. Y el aspecto ético-moral religioso se basa en las enseñanzas de Jesucristo según su Evangelio.

¿Cuál es el origen de la doctrina espírita?

Indudablemente el hombre siempre ha creído en la presencia de un mundo espiritual desde que es hombre, pero se empieza a tener conocimiento a partir de mitad del siglo XIX cuando empiezan a realizarse una serie de fenómenos paranormales a través de unas niñas llamadas Fox, en Hydesville un pueblo cercano a Nueva York, y esto genera que la gente empiece a preocuparse por este tipo de fenómenos; concretamente en Europa, donde surge Hippolyte Léon Denizard Rivail (más conocido por Allan Kardec). Un gran pedagogo francés que había escrito libros de enseñanza para la Academia francesa y que por una “causalidad” conoce a un amigo que le invita a acudir a una reunión mediúmnica donde él plantea mentalmente una serie de preguntas al movimiento de las mesas y a dos niñas que son médiums, y es entonces cuando los espíritus empiezan a tener contacto con él.

Todo este tema genera que él realice una serie de preguntas a los espíritus que le lleva a elaborar un libro que es El Libro de los Espíritus, la base fundamental de la Doctrina Espírita.

La Doctrina Espírita es bastante desconocida en España. ¿Vosotros cómo la conocisteis?

A mí me interesaba porque yo tenía un hermano que era médium y siempre me gustaron estos temas, y busqué y busqué hasta que fuí a hacer un viaje a Valencia, donde vivía mi hermano, y allí conocí a una persona que había trabajado en Madrid con la persona que legalizó el Espiritismo en España. Entonces a través de esta señora, al volver a Madrid, me fui a la Puerta del Sol número, 14 —que ya no existe, ya no están ahí—, y comencé a descubrir el Espiritismo. Me encantó. Así empezamos, poco a poco y paso a paso. Llevamos 35 años aprendiendo, conociendo y desarrollando el Espiritismo.

Desde fuera, pareciera que los médiums son “elegidos”, gente que tiene capacidades especiales de forma innata. ¿Cómo se puede saber si se es médium? ¿Qué es realmente la mediumnidad?

La mediumnidad es algo muy implícito en cada uno de nosotros. Todos los seres humanos lo tenemos de una manera natural, lo que ocurre es que en ciertas personas se desarrolla más que en otras debido a su sensibilidad y en otras pues todo lo contrario, permanecen en letargo.

No obstante, todos en algún momento puntual captamos una sensación de energías que están cerca de nosotros… Unas percepciones… Escuchamos.. Vemos… Nos comentan algo que pensamos que es una percepción nuestra… Es decir, que todo eso es algo natural en el ser humano. Lo que pasa es que hay personas que tienen un compromiso espiritual de ayudar a los demás porque recordemos que Dios ayuda al hombre a través del hombre. ¿Qué significa esto? Significa que yo te ayudo a ti porque los espíritus me intuyen y tú puedes ayudar a otros que pueden necesitar escuchar tu consejo, tu orientación. Tú puedes ser el consuelo de sus preocupaciones, tú le puedes orientar sobre aquellas cosas que te intuyen y que son buenas para él. Eso a un aspecto a nivel personal.

A nivel colectivo, cuando nosotros realizamos reuniones mediúmnicas primero hay una parte que es la mediumnidad de la caridad, la verdadera base fundamental: dar consuelo, esclarecimiento, hablar con aquellos espíritus que todavía no saben que han desencarnado, que han fallecido, porque se ven exactamente igual que antes. Siguen haciendo sus vidas. Porque el hecho de pasar de una vida a otra no significa que vayas a cambiar los conceptos de tu Ser sino que vas a seguir siendo el mismo que eres ahora, con tus sentimientos, tus emociones, tu sensibilidad, tus imperfecciones, con tus virtudes, con todo ello te vas al otro lado de la vida. Y te sigues viendo exactamente igual que eras.

Y luego está también dentro del tema colectivo aquellas comunicaciones que los espíritus superiores intentan transmitirnos para mejorar la humanidad. De ahí esa gran colección de libros espíritas que han sido transmitidos por multitud de espíritus elevados con sus experiencias, indicándonos los caminos que hemos de tomar cada uno de nosotros para progresar espiritualmente.

Por eso es tan importante que la gente estudie el Espiritismo. En primer lugar porque te das cuenta de que no acaba todo con la muerte; ese es el error que muchas personas tienen. Pensar que viven, mueren y ya todo acaba ahí. Pues no. «Me muero físicamente pero sigo vivo y estoy en la vida real». Lo que ocurre es que como a la inmensa mayoría de las personas nadie les ha dicho que la vida continúa por eso se pierden, por eso no se saben marchar, por eso continúan perdidos por la calle. A veces, en los trabajos mediúmnicos de caridad… «¿Qué haces?¿Dónde estás?». «Pues nada, aquí sentado…» «¿Sentado dónde?» No tienen ni idea de qué deben hacer. Les preguntan si no van a su casa y te dicen que sí, que a veces… Pero es que nadie les ve… Eso es una angustia. La gente debería aprovechar los Centros Espíritas —que hay muchos en todo el mundo— para informarse. Porque el Espiritismo nos dice muy bien de dónde venimos, hacia dónde vamos… Todo eso está muy bien pero nos lo tienen que demostrar con la mediumnidad seria.

Ahí está la cuestión. Cuando explico que voy a un Centro Espírita mucha gente se imagina algo oscuro, con velas, gente con túnicas estrafalarias… Imagina que está muy, pero muy alejado de la realidad.

Por eso nosotros, en la Asociación de Estudios Espíritas de Madrid organizamos cada viernes conferencias gratuitas para invitar a que la gente se acerque a conocernos. Y no sólo de temas espíritas, de hecho vienen conferenciantes que no son espíritas: escritores, periodistas… Gente reconocida dentro del mundo intelectual y de la divulgación.

Al público que se acerca los recibimos con agrado, intentamos que pasen una tarde tranquila y gratuita en este lugar. Porque en las casas espíritas todo lo que hacemos es totalmente gratuito. Son mantenidas por los socios. Y que se lleven el conocimiento y sobre todo el saber. Ya si nos preguntan a título idnividual qué es la Doctrina Espírita pues les contamos. Eso sí, sin imponer absolutamente a nadie. Aquí no adoctrinamos.

Trabajos medúmnicos. La gente se imagina lo que tantas veces ha visto en las películas; gente cogiéndose de la mano y hasta hablando en latín o idiomas ya muertos… ¿Cómo es un trabajo mediúmnico de verdad?

Un trabajo mediúmnico es hablar con los espíritus. Es algo muy serio, pero muy bonito. Nadie se coje de las manos… Eso era al principio, ya no hay que tocar al médium porque si tocas al médium lo distraes. El médium necesita estar tranquilo. A su lado tiene un adoctrinador que es la persona que habla con el espíritu; porque suponte, un espíritu viene a través del médium y éste habla y habla, pero alguien tiene que preguntar qué te ocurre, dónde estás. Y le puede hacer todas las preguntas que quiera, aunque depente del tipo de espíritu que se está manifestando a través del médium. Si es un espíritu con conocimiento le puedes preguntar todo lo que quieras, todo te lo contesta. Si es un espíritu inferior lo que tienes que hacer es orientarle.

La mediumnidad es muy bonita, pero cuando se hace seriamente. Pero no para preguntarle, oye dónde dejó mi padre el testamento. Porque si es un espíritu serio te dice, eso son cosas físicas y vuestras.

Y desde esa responsabilidad, ¿cómo enfrentais esos supuestos médiums que son en realidad meros showmans? Vaya, la imagen que todos vemos en las televisiones o los típicos que venden consultas en las que podrás hablar con los espíritus de tus seres queridos.

Los ignoramos, naturalmente. Ahora bien, siempre que tenemos oportunidad explicamos que los espíritus no están a nuestra disposición. Eso está muy claro.

Es decir, yo no puedo decir que vengas a una consulta a las cinco de la tarde y que hablarás con el espíritu de tu abuelo. Entonces, lo que intentamos es transmitir el conocimiento verdadero de lo que es la mediumnidad. No para censurar a nadie, que nosotros pasamos olímpicamente de los showmans, sino para que la gente despierte y no se aprovechen de ellos. Porque es natural que todos tengamos la necesidad por saber de nuestros seres queridos ya fallecidos, pero nuestros seres queridos se van a comunicar con nosotros cuando ellos puedan y quieran.

Siempre y cuando haya sintonía del fallecido con los que se han quedado aquí. Porque a veces, los espíritus que marchan no tienen ninguna sintonía, ni quieren tener niguna sintonía con la gente que dejan atrás. Pero con aquellos que tienen lazos de sentimiento, lo que hacen a veces es manifestarse a través del sueño. Son ocasiones en las que aprovechan para comunicar que están bien e incluso pedir perdón por algo… Pero hay otros espíritus que salen corriendo y dicen, no quiero saber nada de los que se quedan aquí.

Entiendo que es como si te mudas a otro país. Hay gente con la que te unen lazos y las llamas a menudo, pero hay gente a la que no le escribes ni por navidad.

Correcto. A las personas que pierden un ser querido habría que decirles que se hagan a la idea de que esa persona se ha ido de viaje. Un viaje muy largo. Pero que a ese viaje vamos a ir todos y que al final es muy posible que nos encontremos. La mayoría de las personas nos encontramos con nuestros seres queridos en el otro lado. Pero para eso hay que esperar a ser llamados. No debemos adelantar nuestro regreso. Y estoy hablando del suicidio. Todas esas personas que se suicidan tiene un gravísimo problema y es que no verá en muchísimo tiempo a sus seres queridos. Por eso hay que tener paciencia, esperar, y cuando llegue el momento de que nos llamen no hay duda de que las personas que tenemos al otro lado nos estarán esperando.

¿Tú te imaginas cuando despiertes al otro lado y te encuentren con todos tus seres queridos que te abrazen y te reciban con cariño? Es lo más hermoso que hay. Madres que pierden hijos, que lloran todo el tiempo. «No, tu hijo te va a esperar. Tu hijo va a estar cerca de ti.» Claro, ¿cómo le vas a decir a una madre que no llore por su hijo? No, llora. Pero hay que decirles que el hijo, cuando pueda, se comunicará con ella. Aunque no tenga mediumnidad desarrollada, ya sea intuyéndola o en sueños… La visitará, seguro, en algún momento.

A lo que habéis comentado de encontrarte a seres queridos al otro lado: gente que ha acompañado a algún padre, por ejemplo, en su muerte; dicen que esos seres queridos han visto “personas invisibles” ya fallecidas. Como si esos espíritus los fuesen a buscar.

Es que ten en cuenta que en ese instante la persona que está enferma y a punto de desencarnar, ya le están mostrando el otro lado de la vida. Y sobre todo, lo que intentan es darle un poco de confianza para facilitar ese trace, que comprendan que van a estar auxiliados, que no van a estar solos.

Habiendo hablado antes del suicidio, también me lleva a temas que suelen ser polémicos en los debates, ¿qué opina la Doctrina Espírita de la muerte asistida?

Te vamos a contar una historia y así lo vas a entender:

Teníamos una amiga que se puso muy enferma y la llevaron al hospital y se pasaba el día drogada para aguantar los dolores. Su enfermedad no tenía cura y su estado fue yendo a peor y peor hasta que su familia decidió desconectarla. Así que esa mujer murió y al tiempo, en un trabajo mediúmnico que realizamos, se nos presentó. Nos explicó que el tiempo que había estado en el hospital lo había pasado muy mal porque su espíritu no podía utilizar la materia al estar todo el día durmiendo, y que su mayor desgracia fue no poderse despedir de sus hijos y nietos. Además, al desconectarla, no dejaron que su vida aprendiese plenamente de esa experiencia. Aprendizaje que ahora sabía, necesitaba su espíritu.

Por lo tanto, hay que dejar que la vida siga su transcurso natural y no acortar la vida. Cuando haya que marchar, se marcha, pero no antes. Porque todo el tiempo que pasemos en esta vida estamos aprendiendo y es un aprendizaje que necesita el espíritu. No se les está haciendo un favor diciéndoles a los médicos que desconecten a un ser querido porque la vida y la muerte la deciden los espíritus y no nosotros.

No nos engañemos, la eutanasia es como el suicidio. Se está anticipando el tiempo de su desarrollo. Nada pasa por casualidad. Por ejemplo en la película Mar Adentro; no fue casualidad que ese hombre se quedase tetrapléjico. Todo pasa por algo. Ese espíritu necesitaba esa experiencia para seguir evolucionando, pero al provocarse un suicidio asistido se acortó la vida y no pasó por todo el proceso por el que tenía que pasar.

De forma personal, ¿cuál fue vuestra primera experiencia con la muerte?

Yo desde que he sido chaval he tenido la oportunidad de ver a muchas personas muertas. Vivía en un edificio donde la convivencia con los vecinos era, en aquel tiempo, muy nutrida. Se convivía, había amistad. Había una amistad que las comunidades de ahora no tienen. Hoy en día la gente en las comunidades de vecinos ya no tienen casi relaciones, cada uno va a lo suyo, pero en aquél tiempo se convivía mucho e ibas viendo cómo los vecinos iban falleciendo. Por eso yo siempre he tenido una relación con ese tema muy natural. Entonces no me ha influenciado pero sí me ha hecho saber dónde vamos a terminar todos, porque desde que naces estás muriendo. Eso es algo que mucha gente rechaza. Mucha gente no quiere ver la muerte porque la impresiona pero es algo natural que has de aceptar. Y después de tantos años, sabiendo que dejamos la materia pero seguimos viviendo ya la muerte no es ningún trauma.

¿Dónde está el trauma? En el dolor físico, eso sí. Esas personas que pasan por situaciones dolorosas o de enfermedad… Pero la muerte en sí no da miedo. Es cerrar los ojos y abrirlos en otro lado.

Tener miedo a la muerte es desconocimiento. Cuando conoces el Espiritismo se te quita el miedo a todo. Y te lo digo yo, que era una persona que no podía quedarme sola en casa y que por las noches daba siempre las luces de mi casa. Pero es que el Espiritismo te enseña que lo normal es que sean más peligrosos los vivos que los muertos.

¿De qué sirve orar por los difuntos?

Orar por los difuntos es muy bueno porque es como un bálsamo. Mira, es como cuando tienes una herida y te pones una crema, pues las oraciones —dichas con el corazón, no como a veces se dice de forma automática— tienen la misma función. El padre nuestro es la oración más bonita porque nos la enseñó Jesús, pero hay que decirla con toda tu alma y le llega como un bálsamo al espíritu desencarnado. Porque no sabemos cómo se encuentran esos seres queridos al otro lado. Pueden estar tan divinamente pero también aturdidos, agobiados o sufriendo y la oración les ayuda.

Las palabras transmiten ondas. Vibración que varía según cómo lo digamos. Cómo transmitamos las palabras, porque en función de ello, nosotros vamos a transmitir una vibración determinada. Cuando nosotros realizamos una oración como autómatas las palabra no llevan nada. Se quedan en el mismo lugar en el que yo las transmito. Pero cuando transmites una oración con el corazón, la vibración de esas palabras está llegando ya a donde tiene que llegar. Esa es la diferencia entre la oración dicha con el sentimiento y la oración recitada.

La muerte es un tabú. ¿Cómo podemos naturalizarla?

Conociendo. Que la gente no sea ignorante en el sentido de desconocer aquellos asuntos que son fundamentales para todos y cada uno de nosotros. Porque la muerte vive con nosotros y no sabemos en que momento puede surjir y tenemos que estar preparados. Porque hay un momento en el cual, el espíritu está tan vinculado al cuerpo físico que para después separar la parte espiritual se tarda muchisimo tiempo en desligar espíritu y cuerpo. Por eso tantas veces los espíritus se quedan prendidos al cuerpo físico y cuesta mucho trabajo que ellos se den cuenta de esa situación.

Mira, había una señora que conocíamos los dos: «A mí no me hables de estas cosas, que yo no quiero saber nada», y murió. Pasado un tiempo, vino en un trabajo mediúmnico y dijo, «Todo lo que decíais era verdad. Cuánto hubiese adelantado de haber escuchado».

En cierta ocasión preguntamos a los espíritus, qué hacer con estas personas que no creían en nada, cómo convencerles. Y nos respondieron que nada, dejarlos, porque irían allí al otro lado y ya se darían cuenta del tiempo perdido y de lo que podrían haber adelantado.

A pesar que la mayoría de personas crean que todo termina con la muerte, no es verdad, en el cementerio sólo hay materia que se pudre. El espíritu se va de allí, que es lo que verdaderamente nos interesa.

El espíritu es inmortal. Es la oportunidad que nos dan de aprender gracias a nuestro libre albedrío y de ir almacenando el conocimiento que precisamos para ir evolucionando. Nosotros tenemos una meta por llegar —unos tardarán más que otros— y ahí entra en juego precisamente la reencarnación.

Cuando le preguntaban a León Denís si el Espiritismo sería la religión del futuro, él decía que no, que el futuro ERA el Espiritismo.

Hay algo muy importante en este tema, y es que la gente al desconocer las cosas, desconoce precisamente el Espiritismo. Porque los medios de comunicación, desde la ignorancia, hablan sin conocimiento de qué es en realidad. Y siempre basan sus comentarios desde el punto de vista del fenómeno. El fenómeno no es patrimonio del Espiritismo sino de la humanidad. Da igual la religión que sigas o no sigas, tú vas a tener igualmente sensaciones de los espíritus que te rodean. Porque se manifiestan en todo tipo de colectivos. Sin embargo todos comentan este tema de que el Espirtismo es fundamentalmente reunirse… hacer la ouija… que se muevan los cuadros… Están equivocados. Son cosas más fundamentales que eso. Porque hay grupos espiritistas que realizan sus tareas sin practicar la mediumnidad, porque no todos los grupos tienen médiums; pero sí hacen la doctrina —el aspecto filosófico y el ético-moral—, además de ayudar a la gente que acude…

Lo importante es que la gente se de cuenta de que debemos tener un comportamiento siempre correcto. ¿Por qué? Porque hoy estamos recibiendo lo que hemos gestionado en otras vidas. Cada uno estamos reparando y soportando pruebas que son necesarias para nuestra evolución. Hoy estamos construyendo el mañana. Somos los arquitectos de nuestro futuro, porque nuestro comportamiento en esta experiencia, determinará qué tendremos en la siguiente vida.

¿Y la reencarnación cómo funciona? ¿Igual que la que predica el hinduismo que asegura que en vidas anteriores hemos sido animales?

No, diferente. No podemos haber sido animales porque nosotros somos espíritu y los animales no tienen espíritu. Las diferentes vidas las vivimos en cuerpos humanos. Los animales más adelantados, como pueden ser por ejemplo el delfín o el caballo, tienen un principio psíquico pero el espíritu únicamente lo tiene el ser humano.

El espíritu es como una semilla, que se debe plantar en la tierra. Esa semilla brota, se va haciendo grande y te da el fruto. La semilla del espíritu duerme en el mineral. Que no son las piedras de la calle sino piedras preciosas cuando están dentro de la tierra. Pasado el mineral, el espíritu se agita en el vegetal; y como tal ya tiene vida; esa chispa vital. Y pasado el vegetal, se dice que el espíritu sueña en el animal porque ese principio de espíritu en el animal tiene un instinto especial. Va sintiendo algo por esa persona que le cuida, que le acaricia o que le maltrata… Y despierta en el hombre. Cuando ha pasado por esos reinos; el mineral, el vegetal y el animal, entonces renace como un hombre. Las primeras reencarnaciones son muy cortas. Muy torpes. Pero el espíritu se va haciendo a la vida. Aprendiendo. Nacemos todos ignorantes pero cada uno se va formando el camino que le de la gana, que elige.

Hay dos puntos fundamentales que nos diferencia de los animales precisamente: Uno es racional e irracional, que es lógico. Y hay otro que destaca muchisimo más, y es que los animales no crean. El ser humano sí crea. El animal lo hace por costumbre. ¿Por qué? Porque no hay un espíritu creativo en el animal. Nosotros no creemos que un espíritu ha sido un perro, sino que ha pasado por el cuerpo de un perro; que no es lo mismo.

Por eso no se vuelve atrás. Después de ser hombre no puedes volver atrás para ser un animal como dicen algunas creencias.

¿Cuál es el proceso de reencarnación?

Imagina que tú mueres ahora, y en función de tu conocimiento espiritual te vas a despertar al otro lado de la vida. Según tu estado evolutivo —es decir, si no te sorprende verte despojado de tu cuerpo físico, después de la vida física—, tardarás más o menos en despertar. Pero una vez que despiertes al otro lado, te encontrarás con aquellos seres queridos con los cuales tenías cercanía.

Una vez estás allí, si has padecido una enfermedad o has tenido una situación compleja a la hora de desencarnar hay un proceso en el cual eres recogido en una clínica espiritual, donde mi cuerpo espiritual o periespíritu —que es la copia de mi cuerpo físico— va a ser tratado hasta que me recupere. Una vez me recupero ya empiezo a salir y a partir de ese instante me acoplan en una ciudad espiritual donde me adjudican a un colectivo que me acoje y con los que vivo.

¿Cómo es esa vida? Para que sea de fácil entender se podría decir que es como la de ahora pero sin obligaciones. Aunque eso sí, preparándome para la siguiente encarnación. ¿Por qué? Porque tú vas a ver muy claramente dónde han estado tus deficiencias en la anterior vida que acabas de dejar y así sabes qué temas te has de preparar, y sobre todo, que es lo que desearías para tu progreso espiritual en la siguiente encarnación.

Eso teniendo en cuenta que hayamos sido unas personas honestas, normales; como suelen ser la mayoría de las personas, en principio.

Pero imagina lo contrario. Aquellos que han tenido una vida agresiva, que han ido poniendo zancadillas a todo el mundo, que su comportamiento ha sido ruín, que ha maltratado…, etc., pues obviamente cuando abra los ojos al otro lado de la vida, ¿qué se va a encontrar? Pues gente a las cuales has perjudicado y automáticamente es apartada y llevada a un lugar donde debe recapacitar sobre su comportamiento y así que desee evolucionar en su siguiente encarnación para reparar fundamentalmente todo el daño que ha hecho.

Entonces, ¿yo elijo cuándo volver a encarnar y cómo será esa encarnación?

No, tú no vas a decidir. Hay una serie de espíritus que te van a decir dónde fallaste, lo que deberías cambiar… Entonces tú puedes opinar y decir pues vale, pues lo hago así o lo hago de tal otra forma, y lo aceptas.

Ahora bien, cuando eres una persona de esas que están en el bajo astral; la van a obligar a encarnar a la fuerza. Quiera o no quiera va a reencarnar.

Familia espiritual. ¿Cuál es la diferencia entre la llamada “familia espiritual” y la familia que tenemos ahora en esta vida? ¿A quién nos encontramos al otro lado entonces?

Tenemos las familias consanguineas y las familias espirituales. Las familias consanguíneas son las que en este instante, circunstancialmente, están constituídas. Las espirituales son aquellas que llevan muchas encarnaciones juntas y que en esas encarnaciones tan distintas hemos tenido personajes diferentes.

Es como una compañía de teatro donde hay una serie de actores que siempre son los mismos, pero que en cada obra de teatro cambian los papeles. En esta tú vas a ser mi padre, pero en la siguiente no puedes ser mi padre porque yo voy a ser tu amigo. En la siguiente tu novia, y así; se va cambiando. ¿Y por qué se va cambiando? Va cambiando por la necesidad que tenemos cada uno de nosotros de aprender a través de nuestras experiencias.

Ahora bien, en las familias espirituales hay ocasiones en las que se comprometen a recibir a un espíritu agresivo, violento, desafiante… Un espíritu que tiene la necesidad de ser atendido en un entorno familiar y agradable para que las vibraciones de todos ellos pues intenten serenarle y ayudar a que vaya evolucionando. Es lo típico que se dice que si es la oveja negra de esa familia, que si los es que no tiene nada que ver con nadie, que si vete a saber a quién ha salido…

Y también se pueden dar situaciones contrarias. Un espíritu evolucionado que se compromete a nacer dentro de un colectivo donde la familia está a bofetadas. Los padres se pegan, los hermanos se rechazan… ¿Qué pasa? Este suele ser la cabeza visible. Es el punto de unión de todos ellos, la referencia de ese grupo de personas para cualquier cosa.

Sea bueno o malo, ¿qué pasa después con ese espíritu que ha sido admitido por una familia? Cuando termina esa encarnación ya no vuelve más con esa familia, pues era una acogida temporal.

¿Y para cada encarnación se establece una misión de vida? En plan, tú vas a volver a encarnar para trabajar la humildad, tú la culpa…

No es una misión. Es una prueba, una orientación. Porque las misiones son para los espíritus superiores, aquellos que deciden encarnar para ayudar a la humanidad a elevarse: Jesús, Buda, Krishna…

Tú lo que vienes es con la idea de mejorarte. La humildad, el amor, la soberbia, el orgullo.. Todos esas imperfecciones que todos tenemos en mayor o menor grado los tenemos que ir corrigiendo.

Pero hay que esperar la oportunidad, claro, porque no es sencillo. Lo primero, en el ambiente familiar a ver cómo se te encaja, porque lo mismo tienes que esperar un tiempo a que todos o la mayoría de ellos estén dispuestos a admitirte. No se encarna cuando uno quiere sino cuando las condiciones se prestan para ello. A no ser que seas de esos a los que se les obligan, que inclusive a veces, hay espíritus tan atrasados que incluso encarnan sin saber. No les han dado la oportunidad de que se enteren de que van a reencarnar y le marcan una serie de pautas por las que él va a tener que pasar obligatoriamente. Ya sabemos que ha habido gente muy mala, y que la hay, ¿cómo crees que van a reencarnar? ¿Eligiendo? En absoluto. Han hecho tanto daño que tienen que pasar por una serie de circunstancas obligadas para que sientan en su cuerpo y en su espíritu todo ese daño que han hecho a los demás. Es la ley de causa y efecto.

Las leyes divinas no obvian a nadie ni dan privilegios a nadie. Por eso hablamos muchas veces del tema de la obsesión. Es decir, que un espíritu te obsese.

El odio sobrevive a la muerte. Al igual que te llevas el amor, te puedes llevar llevar odio. Imagina que tú y yo hemos tenido problemas gordos. Pero graves de verdad. Y yo me muero y tú también. Quizá allí, al otro lado, ni nos encontramos. Y pasado un tiempo, tú renaces de nuevo pero yo no, me quedo allí pero te la tengo jurada y te encuentro. Ya no te llamas Toni, quizá ahora te llamas Pepe y por la Ley del Olvido ya no recuerdas tus vidas pasadas pero yo que aún soy espíritu sí. Y como te tengo rencor me voy acercando a ti y te voy obsesando con ideas y más ideas. Te haré la vida imposible hasta el punto de que harás lo que yo quiero. Tu carácter podría cambiar, te comportas de una manera incorrecta con tus seres queridos… Y eso crea un estado de obsesión muy profundo en los cuales la gente ha de acudir al psiquiatra y el psiquiatra no podrá hacer nada. Le mandará pastillas y otras drogas y le diagnosticarán alguna enfermedad mental. Entonces, hay mucha gente que viene aquí al Centro Espírita con estos problemas. ¿Cuál es el sentido que nosotros tenemos que darle a ello? Pues intentar que primero esa persona quiera salir de esa situación y segundo que nosotros podamos hablar con el espíritu que la está obsesando para hacerle comprender que su víctima ya es otra persona y que ese espíritu está perdiendo el tiempo porque ya que está en el mundo espiritual podría estar aprendiendo, preparándose para su siguiente encarnación, y perdonar que al final es lo más importante. Y claro, todo eso es un proceso lento y laborioso que requiere de su tiempo.

Te contamos una historia: nos vino un día un matrimonio con dos hijos; una chica y un chico. La chica ya era mayor, doctora en medicina, y el chico estudiante. Los pades venían desesperados porque el chico se quería suicidar. Ya no sabían que hacer con él. Incluso le habían prohibido volver a cojer la moto porque les había confesado que pensaba a menudo estamparse a propósito para acabar ya con su vida. La hermana, doctora, no tenía ni idea de qué le pasaba a su hermano. Nosotros vimos en seguida que estaba obsesado. Estuvo viniendo durante un año. Venía fijo todas las semanas, recibía pases mediúmnicos, le calmábamos, le dábamos libros para que leyese… Y cuando ya llevaba un tiempo viniendo conseguimos hablar con el espíritu y ¿sabes quién era el espíritu que lo obsesaba? Una novia de una vida pasada. Se habían dejado por la razón que fuera pero habían terminado mal y ahora le había encontrado. Poco a poco, conseguimos que fuese mejorando hasta que un día le vi con el casco. «Anda, ¿ya llevas la moto?» «Sí, es que estoy muy bien… He vuelto incluso a la universidad… », había perdido un año entero de sus estudios.

Tuvimos también una señora que el marido era médico y venían aquí. Nosotros la recibíamos los jueves al terminar el trabajo,y esa mujer estaba obsesada por el padre; que además en vida había tenido un comportamiento muy incorrecto hasta que al cabo de dos o tres meses por fin pudimos hablar con él. Siempre con la autorización moral que tú puedas tener. ¿Por qué? Porque si tú a mí me estás diciendo que debo dejar de fumar pero me lo dices con un puro en la mano… Claro, los espíritus te escuchan si ven que tú eres una persona recta. Sino se ríen en tu cara, como es normal.

O a veces en un primer instante los espíritus se marchan pero al rato, en cuanto su víctima sale de aquí los enganchan de nuevo. Pero es que esas mismas personas no facilitan la labor de desobsesión porque sigue llevando una vida plagada de malos hábitos. Tú dime cómo eres; y te diré quién te acompaña. Yo acostumbro a decir eso. Es decir, dime cómo vives y qué cosas haces y te diré qué espíritus están contigo. Los mismos que son como tú. Si yo soy un drogadicto, ¿a quién voy a tener?

Eso justificaría adicciones al alcohol, a las drogas… También depresiones…

Porque aquellos espíritus que necesitan alcohol, tabaco… Están al lado de una persona que lo requiere, acompañándole, y cuando él fuma o bebe ellos se benefician porque están inhalando los fluidos, es decir todo esas adicciones de su víctima.

Yo recuerdo un año en el que Divaldo Franco —uno de los mayores médiums de la actualidad— había dado una conferencia y al salir pasamos por un parque. Era viernes, claro, noche de botellón. Dijo Divaldo, «pasemos rápido porque no os podeis imaginar el espectáculo tan dantesco de los espíritus que acompañan a esos jóvenes.» Es que el problema es que si estás ahí aunque no estés abusando de esos vicios ya estás rodeado de esos espíritus y corres el riesgo de que te atrapen y quizá incluso llevarte uno a casa.

Aunque con todo esto, no queremos decir algo tan fundamental como que la vida es la vida. No es que seamos todos santos porque los santos están en otros planos. La gente puede fumar, beber, disfrutar del sexo; claro que sí. Pero con prudencia. El problema es cuando se pasa al vicio, a la adicción. Una cosa es beberse una cerveza o dos y otra es beberse toda una botella de whiksy un día cualquiera, ¿nos entendemos?

¿Elegimos a nuestros padres?

No es que los elijamos. La familia es creada en el mundo espiritual. Tú te has portado bien o mal, lo que sea, pero necesitas renacer con un grupo de personas y cuando esas personas están ya acopladas entonces renaces. Pero antes de nacer, los que van a ser tus padres, son llevados espiritualmente al Mundo Mayor para presentártelos y para que te acepten. Eso es simportante. Porque si no te aceptan, igualmente reencarnarás pero después será uno de esos casos de padres que reniegan de sus hijos, que los tratan fatal… Otras veces, la inmensa mayoría, se acepta. Algo tienes que aprender de esos padres. Porque ten en cuenta que en las familias es de donde vienen los peores enemigos del pasado. Y ahí entonces, es dónde hay que cultivar el amor. Tú aprenderás a querer a tu madre, a tu padre, a tus hermanos… En definitiva, todo lo que se busca es crecer, avanzar; ser mejores. Y vamos avanzando quitándonos todas las deudas del pasado con todas aquellas personas que compone nuestra familia hasta que ya lo hayamos conseguido. Y así, quizá la próxima encarnación sea mejor. En algún lugar con más facilidades materiales, donde no haya tantas guerras, tantas necesidades, tanta maldad…

¿Y cómo desencarnamos se pacta arriba?

No es en plan «tú vas a morir por un accidente de coche a los 45 años, tres semanas y dos días», no. Lo que sí es que te dan una pauta de que vas a vivir hasta los setenta, más o menos, pero tienes la opción de que, depende lo que hagas, se puede prorrogar o adelantar. Si tienes una vida de riesgo pues en cualquier momento puedes desencarnar porque hay cosas que nos buscamos nosotros mismos. Pero no es que haya establecida una fecha y un modo, porque sino, seríamos como maquinas, ¿comprendes? ¿Qué opción nos dan a cada uno de nosotros? Nos han dado una base fundamental que es la del libre albedrío. Nosotros tenemos marcada una serie de pautas, pero resulta que en ellas tú las vas a poder elegir o no. ¿entiendes? Cuando estamos en el mundo espiritual podemos elegir una serie de cosas, pero porque no estamos en la carne. Cuando ya estamos en la carne… esta carne tira mucho de nosotros.

Existe la ley del olvido y con ello olvidamos todo lo que al otro lado hemos prometido. Allí estamos protegidos, estamos con nuestros seres queridos, espíritus que nos ayudan y todo lo vemos bien. Pero luego venimos aquí y nos sentimos solos, olvidando aquello que hemos prometido y entonces tenemos que guiarnos por nuestra intuición. «Yo tengo la idea de que esto no está bien, pues no lo hago». Pero no venimos predestinados para nada, ¿sino dónde está nuestro libre albedrío? Traemos orientaciones que debemos seguir o no. No ocurre nada por casualidad, eso sí.

Hay una sola vida con muchisimas experiencias en las que todos hemos hecho de todo. En una existencia no se regula todo aquello que hemos cometido en otras vidas. Tenemos que ir limando, limando y limando porque en una sola vida no da tiempo.

Por eso hay muchas personas que no creen en Dios, porque ven las injusticias que nos rodean y dicen «Dios no existe porque si existiese no permitiria tanto dolor». Pero es que hoy somos todos muy buenos, ¿pero y en otras vidas pasadas? Los niños que mueren de hambre no están por casualidad, ¿no será que antes tuvieron mucho y derrocharon sin ayudar a los demás? ¿No será que antes han vivido y no se han ocupado de nadie más? Están aprendiendo, pero claro, eso no lo puedes ir diciendo.

¿Y por qué no nos acordamos de otras encarnaciones?

Porque sufrirías mucho. Vamos a ver, tú ahora estás con nosotros muy bien, muy simpático, ¿pero y qué hemos sido antes? Igual nos hemos odiado profundamente. Igual tú me robaste y me mataste en otras encarnaciones atrás… Quién sabe… ¿Y por qué ahora estamos tan bien? Ten en cuenta que si supieses que tu amigo te hizo anteriormente mucho daño pues ahora no lo verías con los mismo ojos o quizá incluso buscarías venganza. Ya no le querrías, que es tu deber. Querer a las personas.

O por querer evolucionar dirias algo así como «no, es que a Fulanito le tengo que querer sí o sí». Pero a ver, si no lo sientes, ¿por qué te vas a obligar? Tampoco es eso. Tiene que ser algo innato, que surja.

¿Pueden estar los espíritus de nuestros seres queridos ya desencarnados a nuestro alrededor?

A veces sí. Pero a ver, no van a estar si te ven en un momento de intimidad con tu pareja, se entiende. Pero cuando estás tranquilo, viendo la televisión, por ejemplo, o escribiendo.. Pues entonces quizá sí que viene tu abuelo, con el cual tenías mucha sintoníal, y se sienta a tu lado un ratito a darte energía, a transmitirte cariño. También porque si te apreciaba en vida, él de alguna manera quiere saber y ver qué tal te van las cosas, si necesitas algo…

¿Entonces serviría, si estoy solo en casa, dirigirme a mi ser querido como si estuviese allí?

Quizá no está, pero por el hecho de dirigirte a él lo atraes. Siempre y cuando ellos puedan porque no sabemos en que situación se encuentran en ese preciso instante, ¿verdad? Imagina que está realizando un cursillo de preparación en una asamblea para su siguiente encarnación… Pues no va a poder acudir.

¿Cómo creeis que afrontareis vuestra propia muerte?

Muy tranquilamente. A no ser que me pille un coche, lo aceptaré muy bien e intentaré irme lo más tranquilamente posible. Aunque seguro que me dan la oportunidad de prepararme. Con eso quiero decir a que cuando note ese momento de que me voy a ir pueda despedirme, hacer una oración… Despertar con tranquilidad… Sé que me estarán esperando mis seres queridos. ¿Por qué? Porque he intentado ser una buena persona, portarme bien con los demás, no he sido cruel, he vivido una vida medianamente normal y eso me da la seguridad de que voy a ser recibida con amor y con cariño por aquellos que me querian.

Yo pienso que como a lo largo de mi trayectoria me he portado bien con la gente, voy a recibir lo que he sembrado. Entonces, en ese aspecto, estoy tranquilo. Pienso que hemos dedicado mucho tiempo a ayudar a las personas. La espiritualidad siempre nos ha ayudado, precisamente por eso. Nosotros hemos pasado por situaciones muy complejas pero ellos siempre nos han confortado y creo además que cuando llegue el momento lo van a seguir haciendo. No porque tengamos un privilegio de nada, pero sí que, egoístamente, pienso que un merecimiento. No es que esté reprochando nada, pero pienso que los trajadores de la Doctrina tenemos “nuestro salario” y que ellos, que son justo, aplicarán el salario que crean conveniente a cada uno de nosotros.

Los espíritus dicen, que de la misma forma cuando estais encarnados os preocupais por tener una jubilación para el día de mañana, deberíais procurar la jubilación espiritual para cuando llegueis aquí. ¿Eso qué quiere decir? Que seamos buenas personas para que cuando regresemos allí seamos recibidos sin problemas y no nos manden al bajo astral a sufrir y a padecer más de lo que cada uno haya padecido en la tierra. Que todos hemos padecido aquí en vida. Enfermedades, necesidades… Todos sufrimos. Quién diga que es feliz, miente. No, no eres feliz porque sólo con ver lo que pasa en el mundo se te quita la felicidad. Podemos tener pequeñas gotitas de felicidad… tener un buen día, pero siempre se acaba. La vida es un continuo sufrimiento pero hay que tratar de aceptarlo. Tratar de mejorarlo y tratar de hacer feliz a todo aquél que esté a nuestro lado. Aunque ellos no nos hagan felices a nosotros. Porque hay un dicho espírita que dice, «el mal que me hacen,no me hace mal. El mal que yo hago, sí me hace mal». Así que yo creo que debemos aprender a ser cada día un poquito mejores. Porque aún nos queda tiempo a todos, y por muy malos que hayamos sido, nos queda tiempo para cambiar. Para que todo aquél que conviva con nosotros diga, «mira que simpático, que majo». Que hablen bien de ti, porque al hablar bien de ti, te mandan vibraciones de amor. Cuando hablan mal te envian vibraciones negativas y eso no lo queremos.